Meditación - Mindfulness
¿Qué es la Meditación - Mindfulness?
La meditación es una práctica mental y espiritual que busca cultivar la atención plena, la calma y la claridad mental. La meditación es tomar conciencia, ver las cosas como son. Y, entre esas cosas, está uno mismo. En nuestro día a día, es común que la mente se centre en el afuera y nos controle a nosotros en lugar de estar bajo nuestro control, es lo que se llama coloquialmente “mente de mono” porque la mente está constantemente saltando de un pensamiento a otro, como un mono salta de rama en rama. A través de la meditación, se busca entrenar a la mente para desarrollar una mayor conciencia del momento presente y aprender a observar los pensamientos de una forma más tranquila y clara, fomentando un mayor conocimiento de uno mismo y del entorno.
Existen muchos tipos de meditación que pueden incluir la concentración en la respiración, la repetición de mantras, la observación de pensamientos o sensaciones corporales…
La técnica de meditación que más estudios científicos posee es el Mindfulness. Se utiliza con fines preventivos y terapéuticos y desde hace años se recomienda como técnica eficaz en el tratamiento de diversas patologías: ansiedad, depresión, dolor crónico, trastornos de personalidad, abuso de sustancias, trastornos de la conducta alimentaria…
El mindfulness, también conocido como atención plena, implica ser consciente de los pensamientos, sensaciones físicas, emociones y el entorno que nos rodea en el momento presente, sin juzgarlos y sin reaccionar de forma automática o impulsiva.
Se realiza mediante técnicas que se centran en la respiración, en el escaneo corporal o en la atención plena a las experiencias sensoriales.
Su práctica se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años e, incluso, se ha integrado en contextos laborales y educativos. Algunos de sus beneficios científicamente probados son la reducción del estrés, el aumento de la concentración, la mejora de la inmunidad, la preserva de la reserva cognitiva (que ayuda a combatir el deterioro cognitivo) y la mejora del bienestar personal, entre otros.
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¿Cómo son las sesiones?
Las sesiones tienen una duración de entre 50 minutos y una hora. Y pueden ser presenciales u online, según las circunstancias o preferencias de cada persona y las características de la intervención.
Las primeras sesiones están dedicadas a recopilar información sobre el paciente con el fin de conocerle y entender el motivo de consulta. Es posible que el psicólogo solicite pruebas adicionales como test o autorregistros con la finalidad de ampliar la información sobre el paciente y así poder diseñar la intervención que mejor se adapte a sus necesidades.
¿Con qué periodicidad son las sesiones?
La práctica clínica ha demostrado que para que la terapia sea efectiva y los resultados sean progresivos, en ciertos casos lo adecuado es planificar una sesión semanal. De esta forma, el trabajo es más seguido y constante y favorece que los resultados sean más rápidos. Según el grado de avance y la mejoría del paciente, las sesiones se pueden ir espaciando.
No obstante, la frecuencia siempre la decide el paciente, según sus deseos y posibilidades.
¿Lo que cuente durante la sesión será confidencial?
Si, el código deontológico del psicólogo le obliga a guardar secreto profesional. No puede comunicar datos a terceros sin el consentimiento previo del interesado y, además, esos datos deben ser tratados de conformidad con la normativa vigente en materia de protección de datos de carácter personal.
Únicamente, en el caso de los menores de edad, se requerirá el consentimiento de los padres para iniciar el tratamiento.
¿Tengo que contarle todo al psicólogo? ¿Y si algo me da vergüenza?
Lo primero que debemos tener claro es que solo contaremos lo que queramos contar. Lo segundo que debemos tener claro es que el psicólogo no juzga. El psicólogo obtiene información, comprende a la persona que tiene delante y trabaja conjuntamente con ella para conseguir sus objetivos y alcanzar su bienestar emocional.
Es cierto que cuanta más información obtenga el psicólogo, más fácil será comprender al paciente y entender su contexto vital. De esta forma, será más rápido el proceso de intervención. Pero también sabemos que, al igual que hay personas a las que le resulta fácil hablar de sí mismas, otras necesitan tiempo para que se establezca el vínculo terapeuta y paciente que les ayude a sentir confianza.
¿La terapia online es igual de eficaz que la terapia presencial?
A lo largo de horas y horas de práctica los psicólogos hemos podido comprobar que, ambas modalidades (presencial y online) son igualmente eficaces, salvo en casos excepcionales debido a problemas concretos o sesiones en las que se vaya a llevar a cabo alguna técnica en particular que haga necesario hacerlo de modo presencial. Pero, en general, los factores más importantes para que una terapia funcione son la motivación por parte del paciente y que se establezca un buen vínculo entre éste y el terapeuta, algo que incluso puede verse favorecido con la sesión online, ya que el paciente se siente en un espacio seguro y conocido.