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Terapia Cognitivo Conductual

¿Qué es la Terapia Cognitivo Conductual?

La terapia cognitivo conductual es un enfoque psicoterapéutico que se basa en la premisa de que nuestros pensamientos, emociones y comportamientos están interconectados y se influyen mutuamente. Es decir, lo que pensamos influye directamente en nuestras emociones y por eso nos comportamos de determinada manera. Por tanto, este enfoque se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales que contribuyen a los problemas emocionales y conductuales de una persona.

En la terapia cognitivo conductual, el terapeuta trabaja en colaboración con el paciente para identificar esos pensamientos negativos o distorsionados y examinar cómo estos pensamientos pueden influir en las emociones y acciones del individuo. A través de diversas técnicas y estrategias, como la reestructuración cognitiva, las técnicas de relajación, el entrenamiento en habilidades de afrontamiento o la exposición gradual a situaciones temidas, la terapia cognitivo conductual busca modificar estos patrones disfuncionales y promover un cambio positivo en el pensamiento y el comportamiento.

Este enfoque terapéutico se ha utilizado con éxito para tratar una amplia gama de trastornos psicológicos, como la depresión, la ansiedad, los trastornos de alimentación, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o las fobias, entre muchos otros.

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Las sesiones tienen una duración de entre 50 minutos y una hora. Y pueden ser presenciales u online, según las circunstancias o preferencias de cada persona y las características de la intervención.

Las primeras sesiones están dedicadas a recopilar información sobre el paciente con el fin de conocerle y entender el motivo de consulta. Es posible que el psicólogo solicite pruebas adicionales como test o autorregistros con la finalidad de ampliar la información sobre el paciente y así poder diseñar la intervención que mejor se adapte a sus necesidades.

La práctica clínica ha demostrado que para que la terapia sea efectiva y los resultados sean progresivos, en ciertos casos lo adecuado es planificar una sesión semanal. De esta forma, el trabajo es más seguido y constante y favorece que los resultados sean más rápidos. Según el grado de avance y la mejoría del paciente, las sesiones se pueden ir espaciando.

No obstante, la frecuencia siempre la decide el paciente, según sus deseos y posibilidades.

Si, el código deontológico del psicólogo le obliga a guardar secreto profesional. No puede comunicar datos a terceros sin el consentimiento previo del interesado y, además, esos datos deben ser tratados de conformidad con la normativa vigente en materia de protección de datos de carácter personal.
Únicamente, en el caso de los menores de edad, se requerirá el consentimiento de los padres para iniciar el tratamiento.

Lo primero que debemos tener claro es que solo contaremos lo que queramos contar. Lo segundo que debemos tener claro es que el psicólogo no juzga. El psicólogo obtiene información, comprende a la persona que tiene delante y trabaja conjuntamente con ella para conseguir sus objetivos y alcanzar su bienestar emocional.

Es cierto que cuanta más información obtenga el psicólogo, más fácil será comprender al paciente y entender su contexto vital. De esta forma, será más rápido el proceso de intervención. Pero también sabemos que, al igual que hay personas a las que le resulta fácil hablar de sí mismas, otras necesitan tiempo para que se establezca el vínculo terapeuta y paciente que les ayude a sentir confianza.

A lo largo de horas y horas de práctica los psicólogos hemos podido comprobar que, ambas modalidades (presencial y online) son igualmente eficaces, salvo en casos excepcionales debido a problemas concretos o sesiones en las que se vaya a llevar a cabo alguna técnica en particular que haga necesario hacerlo de modo presencial. Pero, en general, los factores más importantes para que una terapia funcione son la motivación por parte del paciente y que se establezca un buen vínculo entre éste y el terapeuta, algo que incluso puede verse favorecido con la sesión online, ya que el paciente se siente en un espacio seguro y conocido.